Hoy en día ya no
existen un único modelo de familia, el prototipo de padre/madre/hijos
biológicos, sino que ahora debido a los cambios de la sociedad actual nos
encontramos con familias monoparentales o familias cuyos padres son personas
del mismo sexo.
Asimismo las parejas
han reducido el número de hijos, y otras parejas, debido a la coyuntura
económica, se han visto obligadas a vivir con los abuelos, con lo cual el
número de miembros de la unidad familiar aumenta.
Por otro lado, asistimos en los últimos años al
fenómeno de la inmigración, cuyo modelo familiar se asemeja al que era
tradicional en España hace años. Si nos fijamos en familias procedentes de
Marruecos, nos encontramos con parejas en las que lo habitual es que haya 3 ó
más niños y en algunos casos han venido a vivir sus abuelos también.
Cada tipo de familia
transmite una serie de valores que en esencia son los mismos: el cariño, la
protección, la seguridad… no se podría decir que un tipo de familia presenta
ventajas con respecto a otro, siempre que sus miembros se respetan y se quieren
entre sí.
Sí es cierto que
familias numerosas o aquellas en las que los abuelos también forman parte del
núcleo familiar aportan unos valores añadidos de convivencia con personas de
diferentes grupos de edad, que hace que además se establezca una relación de
colaboración, en que los roles y la responsabilidad se comparten entre varios
miembros. En general, los niños que viven con los abuelos suelen estar
sobreprotegidos en relación con otros niños.
Todas las familias a su
vez pueden clasificarse en tres modelos distintos: democrática, autoritaria y
permisiva.
El estilo
democrático se refiere a los padres con elevado control, pero flexibles, que dan
explicaciones a los niños acordes a su edad. Son padres afectuosos,
que piden a sus hijos que asuman responsabilidades, también acordes a su
capacidad.
La comunicación
familiar es buena. Son padres preocupados que ayudan a sus
hijos en la toma de responsabilidades sirviéndoles de guía en tareas cada vez
más difíciles, pero dejando que sean ellos las que las solventen.
Este estilo
genera niños con buenos niveles de autocontrol y autoestima,
capaces de persistir en tareas, hábiles para las relaciones personales. Niños
independientes, pero cariñosos con un sistema moral propio.
Los padres que
ejercen un control férreo sobre sus hijos y además lo hacen mediante la
afirmación del poder (esto se hace así porque lo digo yo) tienen un estilo
educativo autoritario.
La comunicación
con los hijos es por lo general pobre. En ocasiones se debe a que la
comunicación es escasa. Se trata de padres que no saben cómo hablar con sus
hijos o cómo ponerse a su nivel para poder mantener una conversación.
En otras
familias, existe abundante comunicación, pero los datos que aporta el hijo son
utilizados para poder ejercer un mayor control sobre él. Esto, a la larga,
termina provocando que los hijos no cuenten nada o lo menos posible e incluso
que oculten información por miedo a la manipulación o las represalias.
En general, son
padres poco afectuosos con sus hijos y que ejercen una
alta presión sobre los mismos para que asuman responsabilidades.
Aunque, en ocasiones, el elevado control les lleva al polo opuesto: se
sobreprotege a los niños sin dejarles experimentar por sí mismos.
Estos padres
suelen criar niños obedientes, pero también muy dependientes, poco
alegres o espontáneos. Su sistema moral es rígido y difícilmente
generan un código de conducta propio. La autoestima suele ser baja, son
vulnerables a la tensión y fácilmente irritables
El estilo
permisivo se sitúa en el polo opuesto a los padres autoritarios. El
control que ejercen sobre los hijos es escaso o inexistente. La
comunicación con los hijos es buena y a veces, excesiva. Tratan a sus
hijos como iguales, haciéndoles cómplices de confesiones que no son
adecuadas para su edad y su capacidad de razonamiento.
Normalmente son
afectuosos y no plantean a sus hijos tareas acordes con su edad de las
que puedan ir asumiendo la responsabilidad (si el niño no quiere hacer la cama,
que no la haga, si total es muy pequeño no se le puede exigir...).
Los niños
criados en este ambiente tienen muchos problemas para las interacciones
sociales, ya que no cumplen unas normas estándar de comportamiento, son
poco persistentes y muy descontrolados. Tienen muchas dificultades con el
autocontrol y para asumir responsabilidades. Poseen un pobre sistema moral o
normativo.
En principio
son niños más alegres que los criados en un ambiente autoritario, pero a la
larga la falta de control genera una baja autoestima, ya que se enfrentan a
tareas que sobrepasan sus capacidades. Cuando crecen se convierten en adolescentes
difíciles que transgreden las normas sociales en busca de límites
externos.
La escuela debe asumir
que sus alumnos provienen de diferentes contextos familiares y eso es algo que
configura tanto la personalidad del niño como la forma de relacionarse con los
demás.
Del mismo modo, la
relación con la escuela y la actitud hacia las tareas escolares también será
distinta. En familias numerosas los padres suelen delegar en los hermanos más
mayores, que son quienes supervisan las
tareas de los más pequeños. Es una manera de colaborar en casa y de descargar
de trabajo a los padres, a la vez que los hermanos mayores desarrollan mayor
sentido de la responsabilidad hacia los hermanos pequeños. En familias con
menos miembros o en las que sólo hay un hijo, los padres directamente son los
padres quienes realizan esa labor de supervisión.
Igualmente, familias
permisivas tendrán una actitud más relajada en cuanto a las responsabilidades
del niño frente a sus tareas y los autoritarios en ocasiones presionan
excesivamente a sus hijos para que logren los mejores resultados.
La escuela debe tener
en cuenta siempre el contexto socio-familiar para aconsejar de manera adecuada
a los padres sobre cómo ayudar de la manera más efectiva a sus hijos.
Lo más importante es
que se genere una buena comunicación familia-escuela, reconociéndose cada ente
sus puntos fuertes y dónde es donde mejor pueden actuar para ayudar a los
niños: mantener siempre una actitud dialogante de colaboración y respeto.
Desde mi punto de
vista, la relación familia-escuela es cada vez más estrecha: los padres se
interesan cada vez más no sólo por el resultado académico sino por el proceso
de aprendizaje, socialización, relación… Para ello es muy importante delimitar
desde el principio cuáles son las funciones de cada uno (padre-maestro) y dejar
claro que cada uno de ellos intenta siempre procurar lo mejor para el niño,
desde su campo de actuación. No se trata de invadir el espacio sino de
colaborar con estrategias que se pueden poner en marcha en el colegio y en
casa. Un niño que tiene responsabilidades definidas en casa, será responsable a
la hora de realizar las tareas en el colegio. Un niño autónomo en casa (que se
viste solo, que se asea sin ayuda, que es capaz de organizar su material) será
un niño autónomo en clase también. Por el contrario, los niños dependientes lo
son dentro y fuera del aula.
Las escuelas de padres
son un mecanismo muy útil para favorecer estas relaciones, puesto que dan la
oportunidad de compartir opiniones con otros padres, conocen mejor el proceso
madurativo de un niño (qué es capaz de hacer a qué edad) y eso favorecerá su
desarrollo a largo plazo, en el ámbito escolar, familiar y social.
También coincido con Gema que la clasificación de las familias podría ser:
ResponderEliminarPor ello entiendo que la clasificación de las familias debemos hacerla en función de la participación de los niñosen la dinámica familiar. Así distinguimos:
1- Familias democráticas,
2- Familias autoritarias
3- Familias permisivas
• En las familias democráticas, los padres son exigentes, flexibles y razonables: constituyen un referente y apoyo importante los hijos
• La familia autoritaria los padres son muy exigentes y ejercen un control rígido.
• La familia permisiva es muy poco exigente y ejerce poco control.
Existe consenso en las ventajas que ofrece el llamado estilo educativo democrático puesto que se caracteriza por la presencia de comunicación, afecto, disciplina y control.
Pero no es el único estilo educativo que puede ser psicológicamente saludable para niños y niñas, ni es un estilo que responda igualmente bien a las necesidades de todos ellos.
No todos los padres pueden desenvolverse en un estilo democrático, puesto que requiere partir de una opción elegida desde la propia evolución de los padres, tanto a nivel educativo como sociológico.
Respecto a la colaboración escuela familia entiendo que:
la escuela en términos generales debe:
- fomentar una comunicación e interacción permanente con las familias del alumnado.
- El centro educativo debe ser un lugar de referencia y de apoyo, donde las familias reciban asesoramiento y ayuda no sólo en cuestiones relacionadas con la educación de sus hijos. También debe facilitar la integración de las familias en su comunidad.
- Debe fomentar la participación de las
- Las familias deben poder acceder a los centros educativos,
participar de su organización, decisiones, funcionamiento, etc. Participando por ejemplo en las aulas como apoyo del profesorado, en el comedor, en las excursiones, en las actividades extraescolares o en las clases como colaboradores puntuales.
- Los y las docentes deben establecer relaciones de igualdad y confianza mutua con las familias en la búsqueda de un proyecto conjunto.
- Se dan múltiples beneficios tanto para la familia, como para el alumnado y la escuela.
¿Es cierto que la familia y la escuela están distanciadas?
El papel de la familia ha ido evolucionando. Quizás lo que más ha repercutido es la incorporación de la mujer al mundo laboral, aunque no menos importantes han sido los cambios políticos y económicos.
La familia debe tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos lo contrario repercute en el desarrollo de éstos, conllevando problemas escolares y familiares que surgen a diario: desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc.,
Unos padres que participen en la escuela determinan, por el contrario un conjunto de consecuencias positivas: incremento de la autoestima, mejor rendimiento escolar, mejora de las relaciones familiares, incrementa la consideración de los padres respecto de la escuela. .
Evidentemente existe una desvinculación real entre la familia y la escuela. Pueden existir distintas causas que los justifiquen, desinterés por parte de la familia, falta de tiempo, incapacidad, ignorancia, etc.
Seguramente ésta es la respuesta que se obtiene si se pregunta a la escuela como organización. Si los preguntados son los familiares la respuesta es menos contundente.
Por ello parece menos importante centrarse en el problema (alejamiento de la familia) y más importante parece establecer canales de comunicación, participación y colaboración permanentes entre la familia y la escuela.
Debemos fomentar la cooperación y participación de las familias en la educación de sus hijos tanto desde sus casas como en las aulas.
Existe una participación mínima y necesaria que es que se basa en una necesidad de información El maestro aporta información a los padres y
la familia aporta información acerca de sus hijos. Este tipo de colaboración se lleva a cabo a través de entrevistas, cuestionarios, informes individuales, etc.
Familias autoritarias:
ResponderEliminarCaracterísticas:
-Normas abundantes y rígidas
-No existe el diálogo ni negociación
-Exigencia sin razones
Consecuencias en el desarrollo del hijo/hija:
-Rebeldía por impotencia
-Actitud de huida o engaño
-Agresividad y/o sumisión
-Baja autoestima y escasa
Familias permisivas:
Características:
-Cambios frecuentes
-Ni premios ni castigos: indiferencia
-Flexibilidad en horarios
-Delegan en otros la educación
-Habitación de conflictos, dejar hacer por no esfuerzo
Consecuencias
-Bajo rendimiento escolar
-Falta de confianza en si mismo
-Inseguridad
Familias democráticas:
Características:
-uso del dialogo y la negociación
-aprendizaje para tomar decisiones
-normas claras y adecuadas ala edad
-uso del refuerzo verbal positiva
Consecuencias en el desarrollo:
-Nivel de autoestima
-Independencia
-Autonomía
La escuela debería hacer “sentir” a los padres que son parte de la escuela de sus hijo/hijas: dejarles entrar, tener espacios para reunirse, para participar de la actividad en la escuela.
La escuela debería respetar su “rol de padres-madres”: Debemos partir de una relación igualitaria de respeto mutuo, acompañarles, ofrecerles herramientas para reflexionar y partir de lo positivo.
Buscar la colaboración, más que la transformación de las familias.
Nuestras intervenciones deben ir encaminadas a hacer que los
padres-madres se sientan cada vez más competentes en sus funciones maternales-paternales.
Hacerles ver que podemos lograr un buen grado de colaboración y suficiente continuidad entre la familia y escuela.
Analizar los posibles “conflictos” con la familia: detectar el problema (celos, desconfianza, rivalidad, poca sintonía personal..) actuar con reflexión no con reacción.
Al fin y al cabo hacerles ver que trabajamos por un mismo objetivo.
El buen desarrollo y bienestar de los niños/niñas.
Estos son algunos de los ejemplos que podemos llevar a cabo para abordar el trabajo con las familias.
A nivel básico:
Contactos cotidianos e informales en la entrada y salida del aula.
• Los trabajos de los niños
• Entrevistas
• Cuestionarios
• Informes individuales
• Notas informativas
Reuniones
• Información escrita: carteles, paneles, trípticos, circulares, folletos…
A nivel superior
Compañía en el aula durante el período de adaptación
• Actividades puntuales y extraordinarias
• Cumpleaños de cada niño
• Salidas y actividades extraescolares
• Participación en organización de las fiestas del centro.
Apoyo en el aula
• Talleres
A medida que la escuela ha ido cambiando, también se han modificado las formas en las que se ha vinculado con la institución familiar.
En mi opinión esta perspectiva ha sido sustituida en los últimos años por la idea de que escuela y familia tienen influencias superpuestas y responsabilidades compartidas, por lo que ambas instituciones deben cooperar en la educación.
A pesar de ello hoy en día al producirse un aserie de cambios que han modificado la acción socializadora; el núcleo familiar se ha reducido, el aumento de familias monoparentales, la edad temprana de escolarización…
Por ello, en las nuevas relaciones entre la familia y escuela surgen dificultades.
Causas de distanciamiento por parte de la familia.
La comodidad
La inhibición
Incapacidad
Ignorancia
Falta de tiempo
Indiferencia o desinterés.
Causas de distanciamiento por parte del colegio
Concepto de autosuficiencia
Protagonismo
Falta de tiempo
Experiencias negativas
Pero en rasgos generales y en nuestros días, nadie duda que la escuela deba educar, en un amplio sentido del término, y de que las familias constituyen un apoyo importantísimo para la educación formal de sus hijos